BLANCA OLAYA

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Este es un espacio exclusivo de temáticas de Educación Religiosa, teniendo en cuenta que se ha tenido que trabajar desde casa en tiempos del coronavirus. El contenido del blog está tomado de la colección Emaús, camino de esperanza, de Educación Relgiosa. La finalidad es facilitar el acceso de los estudiantes a estos conocimientos en estos tiempos cuando la pandemia nos ha tenido confinados.

jueves, 30 de abril de 2020

NACEMOS EN UNA FAMILIA

Desde que nacemos hasta que morimos, las personas estamos en continua transformación. Nacemos con una estructura genética que heredamos directamente de nuestros padres y eso determina nuestro físico. 
Pero no es sólo eso, también heredamos algunas formas de ser, y cualidades y a veces hasta defectos.

ETAPAS DEL DESARROLLO DE UNA PERSONA

Los primeros años de vida de una persona son muy importantes y determinarán su vida futura.
1. Desde el nacimiento hasta los tres años: el niño o la niña se comportan instintivamente  y son totalmente dependientes del cuidado de los adultos, por eso es fundamental la relación con el padre o la madre.
2. De los tres a los seis años: los niños se sienten integrados en su entorno familiar y comienzan a socializar fuera de la familia y aprender destrezas básicas, a hablar y a tener más autonomía.
3. A partir de los seis años: El niño ya es autónomo, se vale por sí mismo y aprende a leer y a escribir. Imita modelos de personas que encuentra  a su alrededor y va configurando valores y creencias religiosas.
Al final de la etapa se llama "Infancia adulta" o "madurez de la infancia". El niños posee una gran curiosidad y se pregunta todo. Es el momento de las primeras experiencias de relación con Dios.
4. La adolescencia: Inicia con la pubertad, cambios físicos y cambios en la manera de ser y relacionarse. El adolescente va adquiriendo seguridad y empieza a identificarse con sus maneras de vivir y pensar, y eso  puede causarle problema con sus padres. Prefiere por tanto más sus circulo de amigos con los que se identifica.
5. La madurez: podríamos decir que después de los dieciocho años ya no somos niños y nos convertimos en adultos, pero eso no significa que hayamos madurado. Probablemente muy pocos lo logren, pero la etapa de la madurez se va alcanzando con los años, a medida que vivimos y hacemos actividades y vivimos experiencias que nos enseñan.

martes, 28 de abril de 2020

CULTURA DEL DESCARTE




La cultura del descarte afecta tanto a los seres humanos excluidos como a las cosas que rápidamente se convierten en basura. Advirtamos, por ejemplo que la mayor parte del papel que se produce se desperdicia y no se recicla. Nos cuesta reconocer que el funcionamiento de los ecosistemas naturales es ejemplar: las plantas sintetizan nutrientes que alimentan a los herbívoros; estos a su vez alimentan a los seres carnívoros, que proporciona importantes cantidades de residuos orgánicos, los cuales dan lugar a una nueva generación de vegetales. En cambio, el sistema industrial, al final del ciclo de producción y de consumo, no ha desarrollado la capacidad de absorber y reutilizar residuos y desechos. Todavía no se ha logrado adoptar un modelo circular de producción que asegure recursos para todos y para todas las generaciones futuras, y que supone limitar al máximo el uso de los recursos no renovables, moderar el consumo, maximizar la eficiencia del aprovechamiento, reutilizar y reciclar. Abordar esta cuestión sería un modo de contrarrestar la cultura del descarte, que termina afectando al planeta entero, pero observamos que los avances en este sentido son todavía muy escasos.  (Laudato si, n° 22)

NIÑOS INVISIBLES

Los niños y las niñas se vuelven invisibles cuando desaparecen ante los ojos de sus familias, comunidades y sociedades, pero también ante los de sus gobiernos, la sociedad civil, los medios de comunicación e incluso de otros niños y niñas. Cuando nadie se preocupa de lo que les pasa, entonces se invisibilizan. Y esto sucede sobre todo porque se vulnera el derecho a la protección por:

  • La falta o pérdida de una identidad oficial.
  • La protección inadecuada que presta el estado a aquellos que no tienen protección en el seno familiar.
  • La explotación por trata de personas o trabajo forzado.
  • La práctica o realización de funciones propias de adultos (como el matrimonio, el trabajo peligroso, la lucha armada, etc.)

SERES "INSERVIBLES"

Vivimos en una sociedad de consumo en la que las personas que no tienen poder adquisitivo son "inservibles". Niños, desempleados, ancianos, desplazados, etc., son personas que no generan ningún beneficio económico y por ellos son excluidos de la sociedad del progreso. Esta visión utilitarista de las personas hay que combatir reivindicando la dignidad inherente a todo ser humano y su valor sagrado por encima de cualquier otra circunstancia. 
Las personas son fines en sí mismas y no pueden ser utilizadas como medios para ningún objetivo. Deben enfocarse solo en el pleno desarrollo de su personalidad. Todos somos valiosos, necesarios y "útiles".

viernes, 17 de abril de 2020

LA IGLESIA Y EL HUMANISMO



La Constitución Pastoral Gaudium et Spes dedica su primer capítulo a la Dignidad de la persona humana.  Es la primera vez que un Concilio de la Iglesia recoge en forma sistemática una síntesis de la antropología cristiana, tratando acerca de las principales verdades sobre el ser humano:

  • Cada ser humano es una persona insustituible, creado a imagen y semejanza de Dios, posee un alma inmortal y la capacidad de conocer y amar a su creador.
  • El fin del ser humano, que trasciende todo lo terreno, es participar en la vida divina.
  • El mundo es bueno, puesto que ha salido de las manos de Dios. El ser humano es superior a todas las realidades materiales; pero no las desprecia, sino que las domina y las perfecciona con su trabajo.
  • El ser humano es un ser social y no puede vivir sin desplegar sus cualidades sin relacionarse con los demás. La fraternidad y el amor a las demás personas serán la manifestación y el signo de la unión con Dios.
  • El ser humano es libre. Con su libre capacidad de decidir es capaz de alcanzar las más altas cotas o hundirse plenamente.
  • El ser humano descubre en su conciencia una ley escrita por Dios en su corazón, la llamada "ley natural", que le marca el camino del bien y del mal.
  • La dignidad del ser humano estriba en la fidelidad a su conciencia, que manifiesta el amor y la sabiduría de Dios, a la que debe cuidar para que no se deforme y caiga en el error.
  • La muerte es el máximo enigma de la vida humana. Pero no es una destrucción de la persona, sino un paso a una imperfección superior; pues su alma es inmortal, y alcanza su plenitud en la resurrección final.


El humanismo cristiano y la Doctrina Social de la Iglesia.

En el transcurso de su historia, y en particular en los últimos cien años, la Iglesia nunca ha renunciado -según la expresión del Papa León XIII- a decir la "palabra que le corresponde" acerca de las cuestiones de la vida social.
La Doctrina Social de la Iglesia es el compendio de ese diálogo entre la iglesia y la realidad social, política y económica de la hu-manidad. Un cuerpo doctrinal que fundamenta un humanismo integral y solidario, abierto a la trascendencia y al servicio del desarrollo de todo hombre y de la humanidad entera.

HUMANISTAS CRISTIANOS

Frente a los humanismos ateos del siglo XIX y XX que eliminan las referencias a la dimensión trascendente de la persona o que consideran imprescindible la negación de Dios para afirmar la dignidad del ser humano, existe un humanismo cristiano que ha contribuido a configurar nuestra identidad cultural, y que parte de los criterios evangélicos, del reconocimiento de la existencia de una relación con Dios y que afirma la dignidad del ser humano a partir de una concepción cristiana y religiosa de la realidad.


El humanismo Cristiano:
  • Afirma la centralidad del ser humano único e irrepetible, creado por Dios y con un destino trascendente.
  • Sostiene que es imprescindible el reconocimiento de la libertad personal, pues es indisociable de la dignidad humana.
  • Defiende la misma dignidad y, por lo tanto, los derechos.
En el orden social ha de buscarse la justicia desde los principios de la solidaridad y subsidiariedad. En el siglo XX. Frente al humanismo sin Dios, algunos autores encuentran, precisamente en Él, el auténtico fundamento de una visión positiva y social del ser humano. 
La filosofía centrada en  la dignidad de la persona humana surge como una reacción contra dos corrientes diametralmente opuestas: el totalitarismo y el individualismo.

JACQUES MARITAIN 


Filósofo francés (1822-1973), convertido al cristianismo cuando tenía 24 años. Se dedicó al estudio de Santo Tomás de Aquino. En su libro Humanismo Integral, intenta establecer las bases del humanismo cristiano, que pueda regular también la vida política y social.
Para Maritain hay que pasar del humanismo antropocéntrico al humanismo teocéntrico a través de una filosofía que no se quede en principios, sino en realizaciones concretas.

EMMANUEL MOUNIER


Filósofo francés (1905-1955). Comenzó estudiando medicina pero la abandonó para estudiar filosofía en París, ciudad en la que obtuvo una cátedra en 1928. En 1932 fundó la revista Esprit que será altavoz de su pensamiento. 
Fue encarcelado varias veces por los nazis como "director espiritual de la resistencia".
Su pensamiento intenta resolver, desde la perspectiva cristiana, el descuento entre el individualismo y el comunismo. Analiza al ser humano desde la idea de persona, describiendo sus tres dimensiones básicas: vocación, el hombre está llamado a la existencia por Dios; encarnación, el ser humano está llamado a vivir en una encrucijada personal única;  comunión, por la que todo hombre debe estar abierto a los demás y unido a todos los hombres de modo esencial.  Una civilización personalista es aquella cuyas estructuras y espíritu están orientados a la realización como persona de cada uno de los individuos que la componen.

GABRIEL MARCEL

Filósofo y dramaturgo francés (1889-1973). Estudió filosofía en la Soborna. Durante la Primera Guerra Mundial trabajó informando a las familias de los desaparecidos. Desde esa experiencia le interesó, por encima de la reflexión abstracta, una filosofía capaz de dar cuenta del hombre real concreto.
En 1929, con cuarenta años, se convirtió al catolicismo: "He sido bautizado esta mañana, con una disposición interior que nunca hubiera podido esperar: ninguna exaltación, pero si un sentimiento de paz, de equilibrio, de esperanza, de fe".  Su pensamiento fue catalogado por Sartre como existencialismo cristiano. 


jueves, 16 de abril de 2020

HUMANISMO SIN DIOS (2)

FRIEDRICH NIETZSCHE



Para Nietzsche, la cultura de Occidente ha estado marcada por la metafísica y la moral cristiana. Se trata de una moral de los esclavos donde lo fundamental es la resignación y el rechazo a la vida.
A diferencia del politeísmo griego y romano, la idea de un único Dios ha transmitido el mensaje de que solo existe una verdad, un único modo de comportarse y de que es necesario sacrificarse en aras de una vida futura.  Esa moral es antinatural e impide el surgimiento de un nuevo modelo de ser humano, el superhombre, destructor del modo de vida anterior y marcado por otros valores que lo harán fuerte, instintivo, creador, constante, que acepta lo trágico de la vida- lo dionisiaco - su devenir, su multiplicidad y sus diversas perspectivas. 
Para llegar al superhombre es necesario anunciar la muerte de Dios. De este modo, desaparecerán los valores tradicionales y surge una nueva época: el nihilismo; un tiempo de destrucción de lo que ha sido y de la trasmutación de los valores para facilitar el surgimiento del superhombre. 

Respuesta desde la fe

La crítica  que hace Nietzsche parte de una incorrecta forma de entender la humillación de Jesús y la humildad del creyente. El cristianismo es una religión que potencia energías vitales de la persona, que no genera seres apocados y frustrados. El amor cristiano no es una debilidad: no hay nada más libre y valiente que la entrega de Jesús , afirmando con su proyecto de vida que la vida hay que vivirla para los otros, incluso hasta morir. Y esta misma es la mentalidad del creyente. 

SIGMUND FREUD

Para Sigmund Freud (1856-1939), las ideas religiosas son una ilusión. Como todos los demás fenoménos psiquícos, su origen se encuentra en las profundidades del psiquismo. De hecho, constata Freud, todos experimentamos deseos de trascendencia, de inmortalidad, pero la realidad rusta esos deseos.
Frente a esta situación se desatan ciertos mecanismos defensivos: la religión como consuelo, como narcótico. Las oraciones y ritos religiosos solo persiguen calmar la ansiedad. Para Freud la necesidad psicológica de sentir que vivimos en un mundo protegido, seguro, nos lleva a crear la imagen de una figura paterna: Dios. 

Respuesta desde la fe

La crítica que hace Freud nos pone en guardia contra los infantilismos con los que, en ocasiones, se vive la fe, y en eso acierta: refugiarse en una creencia para no tener que afrontar la maduración personal o las dificultades de la vida. También desenmascaran falsas imágenes de Dios: un dios autoritario y represor de los deseos humanos, que oprime a las personas con normas y castigos.
Pero la idea de Dios no se corresponde en absoluto con el Padre exigente y a la vez misericordioso que presenta Jesús en el Evangelio, cuyo mensaje implica unos valores personales y sociales que deben ser parte de un proyecto de vida.


HUMANISMO SIN DIOS

El pensamiento humanista modificó su rumbo en los siglos XIX y XX. Los avances científicos y la confianza en la razón humana generaron una conciencia de progreso ilimitado que, de acuerdo con sus seguidores, solo será posible cuando se desenmascare lo que limita la completa realización del ser humano. Surgió así un humanismo ateo en el que la mayoría de los pensadores, aunque provenientes de diferentes campos de conocimiento, coincidieron en que solo prescindiendo de Dios era posible engrandecer al ser humano.

LUDWING FEUERBACH



Para Feuerbach (1804-1872) el hombre se aliena en Dios y anula su humanidad en un ser que se le contrapone y al que obedientemente se somete. Tanto Dios como el Cielo, donde saciaremos nuestra sed, no serían otra cosa que una proyección de los deseos humanos. El hombre proyecta fuera de sí las propiedades de su esencia humana en un ser imaginario al que llama "Dios".  La religión convierte todo lo que son aspiraciones del ser humano concreto y que definen al hombre en cuanto a hombre: creatividad, amor, libertad, justicia, en atributos de Dios y lo desvinculan del ser humano.  Esa es, para él, la esencia del cristianismo, y así tituló su principal obra.

Respuesta desde la fe

El pensamiento de Feuerbach nos advierte sobre una tentación siempre presente en la fe: fabricarse un dios a la medida de sus propios deseos e intereses, ¿Acaso lo bueno que hay en el hombre no puede provenir directamente del creador?

KARL MARX



Para Marx (1818-1833) toda sociedad se explica y sostiene sobre una estructura básica compuesta de dos elementos: la base económica (como se organiza la generación, producción y repartición de los productos), y la llamada superestructura, que es el conjunto de leyes, ideas y costumbres (la cultura), que surge de dicha forma de producción.  La base económica y la superestructura se influyen mutuamente. Mantienen una relación dialéctica; es decir, cuando la base económica, la estructura, es injusta y anula al ser humano que trabaja, la superestructura genera un mecanismo de defensa al que Marx llama ideología.
La ideología es una falsa conciencia, un conjunto de ideas, que justifica y busca mantener la realidad tal y como es, haciendo que los individuos formen teorías falsas sobre sí mismos y sobre todo el mundo, de manera que el ser humano vive desrealizado, alienado. 
Entonces, según él, la religión nace por la necesidad de la ideología de enmascarar las injusticias, para justificar las desigualdades y opresiones e impedir la rebelión de las clases explotadas. Su famosa respuesta está en la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel: la religión es el opio del pueblo.

Respuesta desde la fe

El comunismo ha supuesto un desafío para el cristianismo a la hora de expresar su compromiso con los más necesitados, pero el cristianismo explícitamente predica que el Dios que se revela en Jesús de Nazaret es un Dios liberador que no anula al ser humano.
La fe cristiana no acepta la violencia como medio para revertir el orden social. ¿Acaso el proyecto de vida que plantea Jesús no desenmascara las injusticias y nos invita a amar al prójimo? ¿Cómo podría ser eso una alienación?



miércoles, 15 de abril de 2020

EL HUMANISMO

UN PROBLEMA FILOSÓFICO


La palabra humanismo es relativamente reciente.  El pedagogo  alemán Friedrich Niethammer la usó por primera vez en 1808, entendiéndola como el estudio de las lenguas y autores clásicos (Latín y Griego). Con ese mismo sentido venía usándose ya la palabra humanista desde 1538, designando con ella a quienes durante el Renacimiento buscaban la vuelta a los modelos de la Antiguedad clásica (Grecia y Roma), que eran consideradas los arquetipos de los humanistas.


Los humanistas idealizaron la cultura clásica para liberarla del contexto escolástico y la pusieron al servicio de la educación del individuo. Esa didáctica del humanismo contribuyó a cambiar el concepto que el ser humano tenía de sí mismo. Se redescubrió el valor de la individualidad, el ser humano empezó a proyectarse a sí mismo desde la libertad y a considerar a la propia razón, en lugar de la tradición o la autoridad, como guía de interpretación de la naturaleza, de la moral y de la realidad política. Pero no se desliga de la fe: es un humanismo cristiano en el que abundan las constantes referencias a Dios y a la fe cristiana. El ser humano se define a sí mismo como copula mundi, un lugar de encuentro entre Dios y la realidad.

ERASMO DE ROTTERDAM (1466-1536)

Holandés, fue un sacerdote de los canónigos regulares de San Agustín. Se empeñó en la renovación de la lglesia, la sociedad y el modelo educativo. Encontraba que la educación escolástica no lograba ser una vivencia personalizada de la fe. Era entonces  necesaria una renovación moral y cultural de Europa por medio del humanismo evangélico.
Su propuesta, llamada Philosophia Christi, se basaba en dos principios; la humanitas clásica, amor por la humanidad desde la dignidad del hombre y docta pietas, la piedad cristiana interiorizada: humildad, magnanimidad, prudencia.  En sus escritos aborda, desde sus planteamientos cristianos, cuestiones políticas, educativas, intelectuales y religiosas. Su obra más famosa es el Elogio de la locura.

SANTO TOMÁS MORO (1466-1536) fue un abogado y político de la corte de Enrique VIII. Frente al realismo político de Maquiavelo, Santo Tomás Moro quiso reflexionar sobre el orden político, describiendo un estado ideal, al que llamó Utopía, nombre compuesto por las palabras griegas u "no" y topos "lugar", es decir, un lugar inexistente, pero que tenía, como fundamento político de la convivencia, la igualdad de todos y, como fin, el servicio y respeto a la persona. 

martes, 14 de abril de 2020

ÉTICA PÚBLICA

LAICISMO Y LAICIDAD



En las sociedades democráticas encontramos tres tipos de Estados según la actitud que adopten ante el hecho religioso:
ESTADO CONFESIONAL: es aquel que se vincula con una religión particular, declarándola religión oficial. El Concilio Vaticano II considera que el Estado Confesional no es hoy el modo más adecuado y, si en algún lugar se mantuviera todavía por razones históricas, debe en todo caso garantizarse la plena libertad religiosa diferente de la oficial (DH 6c).

ESTADO LAICISTA: es aquel que no ataca a las religiones, pero tampoco colabora con ellas porque considera la religión un asunto privado de los ciudadanos. Es el caso de Francia.

ESTADO LAICO: Se mantiene neutral frente a las diferentes religiones; y, a diferencia del Estado Laicista, contempla con benevolencia el hecho religioso apoyando a cada Iglesia de modo proporcional a su implantación social. Este modelo-caracterizado por la independencia y la colaboración entre Iglesia y Estado- es el más adecuado según el Concilio Vaticano II (GS 76c).

Sabías que...
La Ley estatutaria 133 de 1994, art. 2° establece que:
Ninguna iglesia o confesión religiosa es ni será oficial o estatal. Sin embargo, el Estado colombiano no es ateo, agnóstico o indiferente ante los sentimientos religiosos de los colombianos. El Poder Público protegerá a las personas en sus creencias religiosa, y facilitará la participación de estas y aquellas en la consecución del bien común.



domingo, 12 de abril de 2020

FUENTES DE LA ÉTICA


FUENTES DE LA ÉTICA

Muchas personas colaboran con esta tarea de descubrir valores convenientes a nuestra naturaleza inteligente y social y merecen que los recordemos.  También debemos recordar a las víctimas de las situaciones injustas  (pobreza, discriminación, tortura, persecución, guerras) y procurar entender las enseñanzas de su sufrimiento.
Son cinco las fuentes de las que se nutre la ética. Ellas son:
  • Las reivindicaciones de los que se consideraban tratados injustamente en sus derechos.
  • Las propuestas de las religiones que dejan al descubierto modos nobles de vida.
  • Las iniciativas de destacadas personalidades.
  • La necesidad de resolver bien los conflictos.
  • La filosofía, que estudia las soluciones dadas a intentar cuál es la mejor.


  • *EL CAMINO HACIA LA VIRTUD


La reflexión ética sirva para que cada uno oriente sus decisiones particulares teniendo en cuenta el conjunto de valores  y normas generales. En ese sentido, si bien las decisiones se toman a nivel personal, deben estar adecuadas a un proyecto común colectivo, pues todas nuestras decisiones, por más peculiares que sean, tienen implicaciones en la sociedad. 

No todas las decisiones que se toman ante los problemas son válidas. Por muchos siglos se pensó que la esclavitud era aceptable; que la mujer era inferior al hombre; que los niños eran propiedad de los padres; que los poderosos podían dominar a otros más débiles, etc. 
Estas concepciones produjeron horrores y violentan la dignidad humana. Por eso tenemos que rechazarlas y buscar más bien decisiones orientadas por la virtud.

Las decisiones virtuosas deben ser:
*       Deseables: El modo de vida que defienden debe parecer justo y deseable a cualquier observador imparcial que juzgue la propuesta.
*      Compatibles: Los valores y normas deben satisfacer las necesidades fundamentales de la naturaleza humana, que es inteligente y social.
*      Universalizables: Las decisiones tienen que ser válidas para todos; necesitan ser incluyentes.
*    Tener efectos benéficos: Al ponerse en práctica, debe comprobarse que los efectos que producen benefician a todos. En ocasiones, algunas decisiones que nos parecen buenas traen consecuencias perjudiciales.

PROBLEMAS MORALES

NORMAS PARA RESOLVER PROBLEMAS


La convivencia provoca conflictos que todas las sociedades humanas están obligadas a resolver. Para ello, tienen que imponer un conjunto de normas.
Las normas siempre pretenden regular un conflicto o resolver un problema. Pueden hacerlo bien o mal, de una forma justa o injusta. 
Al estudiar la historia de los pueblos y de las culturas se comprueba que en todos ellos se presentan problemas graves que, cuando no se resuelven bien, provocan tragedias.
Valorar las soluciones

A pesar de su universalidad, las soluciones dadas por los diferentes pueblos a estos problemas, son particulares.
Ante la diversidad de soluciones, los seres humanos necesitan saber cuáles respetan mejor los valores fundamentales de la humanidad y pueden proporcionar una realidad social más justa que posibilite más felicidad a la mayoría.
  • La moral es el sistema de normas que regula la convivencia social, y que son vividas por las personas.
  • La ética es la parte de la filosofía que reflexiona sobre las cuestiones e intenta elaborar racionalmente una moral universal, válida para todas las culturas.
La ética se encarga de elaborar el gran proyecto humano, un modo de convivencia deseable por todos. La ética cívica es el esfuerzo de los seres humanos para pensar, justificar y realizar ese gran proyecto de convivencia justa. Se basa en la idea de que todos somos ciudadanos del mundo y debemos regirnos por normas comunes a toda la humanidad.

LA CONCIENCIA Y SU PROTAGONISMO

LA CONCIENCIA GUÍA LA LIBERTAD


Se nace con la capacidad de ser libre, pero la libertad hay que buscarla y trabajarla. En este proceso es fundamental la formación de la conciencia.
Ella se da al interior de la persona. Allí perciben las llamadas de la vida, se valoran y se decide darles respuesta.  Cuando decimos que hay que actuar a conciencia queremos decir que la persona siempre tiene que decidir y obrar de acuerdo con lo que le diga su conciencia.  En otras palabras, es decir, actuar con responsabilidad.


Percibir las llamadas

El primer paso para formar la conciencia es aprender a escuchar.  Es necesario identificar bien las llamadas que se reciben, quién o qué me está llamando: un objeto que necesito y deseo, un amigo que requiere ayuda, involucrarme en el club deportivo del barrio, etc.
Si la llamada proviene de una persona o de mí mismo, debo preguntarme hacia dónde me quiere llevar esa llamada y por qué.

Valorar y decidir

Además de escuchar, yo debo valorar la llamada. Para ello he de tener criterios. ¿Dónde encontrarlos?
  • En las normas. En la sociedad existen normas que orientan el comportamiento. Son necesarias para la vida, porque indican por dónde debemos buscar lo bueno y lo valioso. Sin embargo, las normas son, insuficientes porque no existen normas para todas las situaciones, y algunas veces, las normas se trasgreden para conseguir un bien mayor.
  • En los valores. Las normas están al servicio de los valores. Un valor es una cualidad que poseen las cosas o las situaciones y que nos las hace significativas en cuanto a la felicidad. Así, decimos que la justicia es valor. Necesitamos interiorizar en nuestra conciencia los valores y decidir de acuerdo a ellos. 
Cultivar actitudes

Siempre, ante una determinada llamada, me debo preguntar: ¿Hay alguna norma que me oriente en la dirección correcta? ¿Qué valor me propone esta llamada? ¿Este valor es positivo para mí y para los demás? ¿Entra este valor en contradicción con otros valores que yo considero importantes? ¿Qué consecuencias puede tener la respuesta que dé a la llamada?
Cuando tenemos claro qué valores son importantes para nosotros, actuamos con concordancia. A eso se llama cultivar actitudes. Una actitud es la disposición habitual a actuar de una determinada manera, según un valor específico. Por ejemplo, decimos que una persona es servicial cuando se preocupa por atender a un enfermo, un anciano, resolver un problema ajeno, compartir su tiempo con sus amigos...
Cuando una persona forma su conciencia, actúa de manera libre y responsable.  La responsabilidad es saber explicar por qué se actúa de una determinada manera, y asumir las consecuencias de lo que se hace.
Somos más responsables y libres cuando nos ocupamos del bienestar del prójimo. Por eso, la norma máxima del cristianismo es el amor a los demás, incluso, si esos otros no nos agradan o nos han hecho daño, pues como amar implica dar libremente, el amor al enemigo resulta ser la mayor experiencia de libertad y de una vida de acuerdo a las virtudes.


martes, 7 de abril de 2020

LAS RELIGIONES Y EL DON DE LA CREACIÓN

Las religiones también defienden los derechos humanos, se preocupan del bien común y promueven actitudes de cuidado hacia la casa común que nos precede y acoge.


Es importante distinguir las auténticas religiones que humanizan de las que desembocan en fundamentalismos, ritualismos mágicos o sectas.

Todas las auténticas religiones son vividas en comunidad y tienen estos elementos comunes:

  1. Una cosmovisión, una manera de ver e interpretar el mundo que es valorado y acogido como don. 
  2. Unas tradiciones escritas y orales que nutren su reflexión.
  3. Una concepción del bien, la felicidad, la justicia y un conjunto de virtudes y valores.
  4. Principios éticos con sistemas de obligación moral para la vida privada, social y económica.
  5. Formas de nutrir la interioridad mediante la oración, meditación, contemplación, lenguaje simbólico, celebración, etc.  



domingo, 5 de abril de 2020

CLAVES PARA LA CONVIVENCIA

PRESENCIA DE LOS CONFLICTOS EN LA VIDA


En nuestra vida cotidiana encontramos conflictos y violencia en distintos contextos: en la escuela, en la calle, en la familia...En toda relación pueden surgir dificultades.

Aunque los conflictos existen en todas las etapas de la vida, la adolescencia es una edad en la que son frecuentes. Hay comportamientos que, de no afrontarlos, pueden dañar nuestras relaciones interpersonales: las peleas de unos con los otros, las amenazas, las mentiras, las envidias, las agresiones, los insultos, los celos, el egoísmo, las faltas de respeto, la frialdad de las relaciones, la incomunicación y la desconfianza.

Crecer y madurar no es renunciar a la existencia de los conflictos sino saber enfrentarlos y superarlos de forma positiva y efectiva. El conflicto es sinónimo de proceso, de cambio, de transformación. No es algo malo. El conflicto puede ser una herramienta de aprendizaje, porque en la vida hay conflictos y aprender a enfrentarlos es lo importante.





CLAVES PARA LA CONVIVENCIA

Aprender a solucionar de forma pacífica los conflictos es todo un camino de crecimiento en el que es importante:

1. Aprender a ser asertivos. Consiste en trabajar la autoestima y la confianza en uno mismo y en los otros. La persona asertiva conoce sus derechos y los defiende, respeta a los demás, no piensa en ganar una disputa o un conflicto sino en buscar la forma positiva de llegar a  un acuerdo que sea el mejor para ambos.
2. Aprender a dialogar.  Formamos parte de una realidad social diversa que nos desafía y nos pide interactuar, mediar para convivir en armonía. Para ello necesitamos desarrollar una actitud de escucha, interés y apertura.
3. Aprender a cooperar. Somos más felices cooperando y ayudándonos unos a otros. La competitividad solo trae soledad y vacío.

Lo que construye la amistad y la relación es la comprensión, el respeto, la colaboración, la tolerancia, y la amabilidad entre todos.  Es responsabilidad de todos enriquecer o empobrecer una relación.

TRATAR LOS CONFLICTOS COMO OPORTUNIDAD

TIEMPO DE RESPONSABILIDAD Y ESPERANZA

(Texto de la Conferencia Episcopal de Colombia, 14 de octubre de 2016).





Sentimos la urgencia de tener un proyecto nacional fruto de la participación de todos. Solicitamos al Presidente de la República y a las Instituciones responsables del país que acojan los aportes que están surgiendo de diversos miembros de la sociedad, para configurar este proyecto, que dé unidad nacional y que dé respuesta a los múltiples problemas que tenemos.

Para tal fin es imprescindible centrarse prioritariamente en estas situaciones que preocupan hondamente a la nación: la unidad de los colombianos, la defensa de la vida y de la familia, la educación, la participación política, la solidez de la democracia y de las instituciones, las víctimas de la violencia, la erradicación del narcotráfico y la corrupción, la crisis de la salud, la crisis de la justicia, la inequidad social y la ideología de género.

Es imposible configurar un proyecto común para el país sin determinar y afrontar las causas de los males que hoy nos aquejan [...].

CONSTRUIR CIUDADANÍA

La idea de "ciudadanía" apareció en la Grecia antigua y luego en Roma.  Ciudadano era el que podía disfrutar de la protección de las leyes de una ciudad. Muchos siglos después, la palabra "ciudadano" se usó para oponerla a "súbdito". Mientras que súbdito era el que estaba sometido al poder del que manda sin poder hacer otra cosa que obedecer, ciudadano era el que participaba en el poder político, por eso los verdaderos ciudadanos tienen que participar. Este concepto se ha mantenido hasta nuestros días.

PERTENENCIA A LA COMUNIDAD POLÍTICA

Más allá de los lazos afectivos de la familia y los amigos, las personas tenemos relación con otros en diferentes espacios comunes: barrios, comunas, veredas, corregimientos, etc. Estas agrupaciones son parte de lo que denominamos comunidad política.
Todos hemos nacido en una ciudad o en el campo y somos miembros de una nación. Se llama ciudadanía a la relación entre el individuo y su comunidad política. Gracias a ella, el ciudadano goza de derechos y tiene determinados deberes.
Todos tenemos distintos grados de ciudadanía, que se van ampliando en círculos cada vez mayores:
1. La ciudadanía local. Somos vecinos de nuestra ciudad o localidad. (Ejemplo, Soledad).
2. La ciudadanía nacional. Somos ciudadanos de un Estado, es decir, tenemos la nacionalidad de nuestro país.  (En este caso, colombiana). Como ciudadanos de un Estado, estamos protegidos por sus leyes y obligados a cumplirlas.
3. La ciudadanía del mundo. Todos somos ciudadanos del mundo. Con este nombre reconocemos que,por pertenecer a la especie humana, todas las personas mantenemos unos lazos de proximidad y responsabilidad mutua.
Los Derechos Humanos derivan de nuestra condición de personas, no de nuestra nacionalidad. Son los mismos para todos con independencia de su etnia, color, religión o cultura. Los Derechos Humanos benefician a la humanidad entera y obligan a ciertos comportamientos.



jueves, 2 de abril de 2020

ETAPAS DE LA VIDA DE UNA FAMILIA

La familia nunca es la misma. Con el paso del tiempo todos sus miembros se van haciendo mayores y envejecen. Es como un único ser vivo que va madurando y transformándose con los acontecimientos. Podemos distinguir etapas de la vida de una familia.

EL NOVIAZGO. 
La atracción entre dos personas genera una relación estable basada en el enamoramiento. Es tiempo para conocerse. Cada uno vive con sus padres. Con el tiempo van acabando los estudios e incorporándose a la vida laboral, lo que les da una independencia económica que les permite tomar decisiones y dar paso a la siguiente etapa del proceso.
EL MATRIMONIO. 
Se inicia con la boda religiosa o civil de los novios. Se goza de una convivencia definitiva y se elabora un proyecto de vida común. Los esposos disponen de tiempo el uno para el otro y se abren a la novedad. Hay que aprender a realizar un proyecto de vida. Cada uno trae un estilo de vida aprendido en la casa de sus padres, con hábitos y tradiciones diferentes. El inicio de esta etapa invita al establecimiento de unas normas conjuntas, a la distribución de las tareas y espacios personales...!Y eso no es fácil!

SER PADRES. 
Es un momento feliz: crece la familia y las relaciones y las relaciones cambian. Un hijo pequeño exige mucha dedicación y se convierte en el centro de atenciones de sus padres.  Normalmente la madre le dedica más energía a la crianza y al cuidado del pequeño y el padre puede sentirse desplazado.  Cuidar la relación de la pareja es más difícil y, por eso, también es más importante. 


LA VIDA MEDIA. 
Coincide con la etapa en la que la familia está completa y los padres tienen que asumir todas sus responsabilidades. Ahora se comprueba si las necesidades de las etapas anteriores quedaron totalmente satisfechas. Si es así, se goza de la seguridad que da la experiencia; pero sin no se han establecido las relaciones oportunas, los problemas suelen definir la vida cotidiana.  Un detonante de muchas tensiones aparece cuando los hijos alcanzan la adolescencia y cuestionan la autoridad familiar.

LOS HIJOS SE INDEPENDIZAN.  
Lo hacen para acabar su formación, desempeñar su profesión y formar sus nuevas familias. Cuando el cuidado de los hijos ya no ocupa tanto trabajo, los esposos, ya mayores, tienen tiempo para estar juntos. Si no saben hacerlo, la ausencia de los hijos se vuelve muy dolorosa y aparece lo que se conoce como "el síndrome del nido vacío".
Un problema que puede aparecer en las dos etapas anteriores es la necesidad de cuidar a los padres cuando se hacen mayores.

LA JUBILACIÓN. 
Supone otro gran cambio que nos dirige hacia el tramo final de la vida.  Se dispone de mucho tiempo y hay que saber llenarlo de manera positiva. El declive del cuerpo puede abrir muchas inseguridades: la experiencia de la enfermedad es difícil de asimilar. Nos volvemos dependientes de nuestra pareja o de nuestros hijos. Cuando uno de los miembros de la pareja fallece, hay que aprender a vivir en soledad.



Canción "El camino de la vida" 

TRATAR LOS CONFLICTOS COMO OPORTUNIDAD