BLANCA OLAYA

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Este es un espacio exclusivo de temáticas de Educación Religiosa, teniendo en cuenta que se ha tenido que trabajar desde casa en tiempos del coronavirus. El contenido del blog está tomado de la colección Emaús, camino de esperanza, de Educación Relgiosa. La finalidad es facilitar el acceso de los estudiantes a estos conocimientos en estos tiempos cuando la pandemia nos ha tenido confinados.

domingo, 5 de abril de 2020

CONSTRUIR CIUDADANÍA

La idea de "ciudadanía" apareció en la Grecia antigua y luego en Roma.  Ciudadano era el que podía disfrutar de la protección de las leyes de una ciudad. Muchos siglos después, la palabra "ciudadano" se usó para oponerla a "súbdito". Mientras que súbdito era el que estaba sometido al poder del que manda sin poder hacer otra cosa que obedecer, ciudadano era el que participaba en el poder político, por eso los verdaderos ciudadanos tienen que participar. Este concepto se ha mantenido hasta nuestros días.

PERTENENCIA A LA COMUNIDAD POLÍTICA

Más allá de los lazos afectivos de la familia y los amigos, las personas tenemos relación con otros en diferentes espacios comunes: barrios, comunas, veredas, corregimientos, etc. Estas agrupaciones son parte de lo que denominamos comunidad política.
Todos hemos nacido en una ciudad o en el campo y somos miembros de una nación. Se llama ciudadanía a la relación entre el individuo y su comunidad política. Gracias a ella, el ciudadano goza de derechos y tiene determinados deberes.
Todos tenemos distintos grados de ciudadanía, que se van ampliando en círculos cada vez mayores:
1. La ciudadanía local. Somos vecinos de nuestra ciudad o localidad. (Ejemplo, Soledad).
2. La ciudadanía nacional. Somos ciudadanos de un Estado, es decir, tenemos la nacionalidad de nuestro país.  (En este caso, colombiana). Como ciudadanos de un Estado, estamos protegidos por sus leyes y obligados a cumplirlas.
3. La ciudadanía del mundo. Todos somos ciudadanos del mundo. Con este nombre reconocemos que,por pertenecer a la especie humana, todas las personas mantenemos unos lazos de proximidad y responsabilidad mutua.
Los Derechos Humanos derivan de nuestra condición de personas, no de nuestra nacionalidad. Son los mismos para todos con independencia de su etnia, color, religión o cultura. Los Derechos Humanos benefician a la humanidad entera y obligan a ciertos comportamientos.



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