LA RELIGIÓN PROPUESTA DE SENTIDO
El diccionario de la Real Academia Española define la religión como "conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto".
Pero esa definición tropieza con el problema de que algunas religiones orientales muy antiguas (por ejemplo, ciertas formas de budismo) son ateas, se ocupan más del ser humano o de la naturaleza que de Dios, sus fundadores no se presentaron nunca como enviados de Dios sino como maestros espirituales y ellas mismas son escuelas de sabiduría más que "iglesias".
Solucionaríamos la dificultad, si en vez de aplicar el verbo religare a la relación del ser humano "con Dios", lo aplicáramos a la relación del ser humano con lo que Rudolf Otto, en su libro Lo Santo (1917), llamó "el Misterio". Esa categoría incluye, evidentemente, al Dios de los monoteísmos, pero también a las diferentes realidades con las cuales las diversas religiones pretenden religar a sus adeptos. Otto califica el Misterio de "tremendo y fascinante" simultáneamente. "Tremendo", porque ante esa realidad el ser humano descubre su pequeñez: ante la plenitud del ser del Misterio se siente "polvo y ceniza" (Gn 18, 27) y ante la santidad augusta del Misterio se siente pecador. Pero el Ministerio es a la vez "fascinante" porque maravilla y deslumbra al ser humano.
El Misterio, por definición, es una realidad que está más allá de la experiencia humana. Por lo tanto, el ser humano sería incapaz de entrar en contacto con el Ministerio si éste no tomara la iniciativa de manifestarse de algún modo.
LA RELIGIÓN INSTRUMENTO DE SALVACIÓN
El Concilio Vaticano II, en Nostra Aetate número 1, afirma que toda experiencia religiosa responde parcialmente a las preguntas vitales: ¿Qué es el hombre? ¿Cuál es es sentido y el fin de la vida humana? ¿Qué es el bien y qué es el mal? ¿De dónde proviene el sufrimiento y cuál es su finalidad? ¿Cuál es el camino para alcanzar la verdadera felicidad? ¿Qué es la muerte? ¿Hay algún juicio y retribución después de la muerte? ¿Cuál es el misterio último e inefable que rodea a nuestra existencia? ¿De dónde venimos y a dónde vamos?
Las religiones pueden otorgar luces, iluminar el sentido de la vida humana y de las sociedades. Ser capaz de ver alguna razón en el sufrimiento lo hace más tolerable a la hora de soportarlo, ver que la muerte no es el fin del camino es preferir los bienes trascendentales a los materiales. Por tanto, los comportamientos éticos y cívicos, la importancia de crear una sociedad donde no haya injusticias ni atropellos, tienen sentido si la vida misma tiene sentido. Que el ser humano no termine con la muerte, lo hace apreciar la vida, no sólo la suya, sino la de todo ser vivo, la de la naturaleza.
La religión se centra en el Misterio, pero ¿Cómo acercarnos al Dios que no vemos, sino a través del "otro", "del prójimo", de la persona que sí vemos? La vida adquiere sentido cuando se sale "de si" para ir al encuentro del otro, que interpela y cuestiona la propia existencia: conocerlo, ayudarlo, construir juntos una sociedad de bien.
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